Cómo ahorrar agua en el hogar 

El agua es un recurso escaso, de ahí la importancia de que seamos corresponsables en la reducción de su consumo, para que entre todos ayudemos a que no se derroche. Algo fundamental a efectos medioambientales. 

También, como sabemos, el ahorro de agua tiene unas consecuencias muy positivas en la economía doméstica, dado que se trata de un gasto fijo que han de afrontar todos los hogares, al igual que el de la luz, por lo que reducir el coste que suponen estos suministros influye bastante en el presupuesto personal o familiar

¡Toma buena nota de estos consejos para ahorrar agua! ¡Tu bolsillo lo agradecerá y además ayudarás a la preservación del medio ambiente! 

Claves para ahorrar agua en casa 

Vamos a ofrecer recomendaciones de ahorro específicas para los distintos espacios domésticos en los que hay consumo de agua.  

Aunque antes vamos a abordar medidas que se pueden aplicar de manera transversal en varios de ellos, como por ejemplo el uso de reductores de caudal y aireadores en los grifos repartidos por la casa, ya sean de baños, cocina o incluso en un lavadero que tenga pila.  

Con estas soluciones, que no requieren mucha inversión, se puede obtener un ahorro muy significativo. Los reductores disminuyen el volumen de agua que cae por minuto tanto en grifos como en duchas. Mientras que los aireadores introducen aire en el chorro para aminorar el porcentaje de agua que se vierte. 

En los grifos de los lavabos se puede combinar aireador y reductor para ahorrar entre un 50% y un 60% del agua que se consume aquí. Si bien, en las duchas sería recomendable utilizar solo uno de los elementos, para asegurar un buen flujo con la presión adecuada. Pese a esta limitación, dotar a los grifos de ducha de reductores supondría consumir entre 10.000 y 15.000 litros menos al año. Y en lo que respecta a la cocina, la opción aconsejable serían los aireadores en vez de limitar el caudal, para obtener reducciones de gasto de agua de entre el 30 y el 50%. 

Además, estos dispositivos reducen el consumo de agua tanto fría como caliente, y está última conlleva un uso de energía para calentarla, por lo que también se ahorraría por esta parte. 

Aunque más allá de instalar estos aparatos que favorecen un ahorro general de agua, se pueden adoptar además una serie de pautas concretas para cada espacio: baños, cocina, terraza o jardín, etc. 

1-Cómo ahorrar agua en los baños 

La mejor estrategia para ahorrar agua en los baños es muy simple: procurar tener los grifos del lavabo y la ducha abiertos el menor tiempo posible. 

Cierra el grifo del lavabo mientras que te cepillas los dientes y evitarás que se desperdicien muchos litros de agua. Piensa en todas las veces que te lavas los dientes, y en lo que puede suponer este derroche evitable en litros malgastados al cabo del año… 

En lo que respecta a la ducha, puedes utilizar un cubo para recoger el agua fría mientras esperas a que se caliente; y reaprovecharla después, desde para regar las plantas hasta para limpiar suelos. 

Sabemos que optar por el baño en vez de la ducha es un lujo prohibitivo, ante la escasez de un recurso básico como el agua, sin entrar ni siquiera en lo que pueda suponer para el bolsillo.  

Con el objetivo de evitar tentaciones, cabe valorar sustituir la bañera por un pie de ducha, una solución que también permite ganar espacio, facilita la movilidad de las personas mayores y ayuda a prevenir accidentes en las de cualquier edad. 

Tampoco está de más recordar que utilizar el inodoro como papelera implica desperdiciar entre 6 y 12 litros de agua de la cisterna, dependiendo de su capacidad y la antigüedad del sanitario. 

2-Cómo ahorrar agua en la cocina 

Si lavas los platos a mano, invertir en un lavavajillas se traducirá en un ahorro bastante significativo de agua en tu hogar, más allá de la comodidad de contar con este electrodoméstico. 

Con todo, al igual que ocurre con la lavadora, hay que activarlo siempre con la carga completa y un programa adecuado, que permita ahorrar tanto agua como energía. Y evita también, en la medida de lo posible, enjuagar los platos en el grifo de la cocina antes de introducirlos para no malgastar lo que ahorras usando lavavajillas.  

En caso de utilizar agua del grifo para beber, rellenar botellas y tenerlas frescas en la nevera es la mejor alternativa para no tener que dejar correr el agua potable caliente hasta que salga la fría, ya sea porque se acaba de utilizar la primera o porque las altas temperaturas veraniegas hayan calentado las tuberías, y se deba aguardar a que brote a menor temperatura. 

Esta estrategia de disponer siempre de botellas llenas de agua resolvería el problema, similar al de la ducha, aunque operen condicionantes térmicos inversos. 

3-Cómo ahorrar agua en el jardín o terraza 

El riego es el principal factor que provoca el gasto de agua en espacios exteriores como jardines y terrazas. 

Para regar las plantas puedes reutilizar el agua recogida en la ducha esperando a que saliese caliente, o al menos procurar hacerlo durante la noche, ya que el riego diurno puede conllevar hasta un 30% más de evaporación

Igualmente, si tienes instalada una piscina, aunque sea portátil, será básico preservar el agua durante el mayor tiempo posible. De ahí, la conveniencia de ponerle cloro para que no se estropee, y cubrirla con una lona o cubierta como se hace con las de instalación fija en las épocas que no están en uso.  

En caso de querer desinstalar o desechar la piscina portátil al acabar el verano, también hay maneras de reutilizar su agua. Así, aunque lleve componentes químicos, se podría reaprovechar desde para la limpieza de superficies menos delicadas de estas zonas exteriores, hasta para recargar las cisternas de los inodoros. 

Beneficios de ahorrar agua 

Como apuntábamos al principio, cerrar el grifo al despilfarro de agua es muy beneficioso a múltiples niveles, comenzando por lo necesario que es para asegurar la disponibilidad de un recurso básico, con la vista puesta en el presente, al haber muchas regiones que afrontan una escasez crónica, pero también en el futuro, pensando en las próximas generaciones

Además, no desperdiciar agua es fundamental para la preservación de los ecosistemas, y por tanto en la mitigación del cambio climático que tantas repercusiones tiene a efectos medioambientales, económicos y sociales.  

A todo lo anterior, se añade que ahorrar agua en casa ayuda a nuestra economía doméstica, al suponer la factura de este suministro un gasto fijo que se debe controlar junto a otros para poder tener unas cuentas equilibradas.  

Pagar menos por el agua o la luz se hace más necesario que nunca en tiempos como los actuales, en los que se ha encarecido el coste de la vida, hasta el punto que a muchas personas en ocasiones les cuesta llegar a fin de mes.  

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