Cómo dejar de ser avalista: opciones y consejos prácticos
octubre 22, 2025
Si alguna vez firmaste como respaldo de un préstamo, sabrás que ser avalista no es un simple gesto de ayuda: implica una gran responsabilidad financiera y legal. Por eso, no es extraño que muchas personas en algún momento se pregunten cómo dejar de ser avalista. Ya sea porque tu situación económica ha cambiado, porque no confías en que el titular de la deuda vaya a cumplir con sus obligaciones, o porque simplemente no quieres seguir asumiendo ese riesgo, liberarte de esa carga es una decisión lógica y necesaria.
Ser avalista significa que, en caso de impago por parte del titular del préstamo, tú te conviertes en responsable directo de la deuda. Esto puede afectar tu historial crediticio, tu capacidad de solicitar financiación propia e incluso tus bienes presentes o futuros. En muchas ocasiones, los avalistas firman sin conocer todas las implicaciones legales, motivados por vínculos familiares o de amistad. Sin embargo, una vez firmado, salir de esa obligación no siempre es sencillo.
En este artículo te explicamos de forma clara y práctica las distintas formas de dejar de ser avalista: desde opciones amistosas y acuerdos con las entidades financieras, hasta procesos legales como la nulidad judicial del aval. También abordamos casos específicos como hipotecas, alquileres o préstamos para la compra de coches, y resolvemos las dudas más comunes relacionadas con este tema.
Esta guía completa está pensada para ayudarte a tomar decisiones informadas, proteger tu economía y liberarte de una responsabilidad que muchas veces se convierte en una carga emocional y financiera innecesaria.
Cómo dejar de ser avalista de un préstamo o hipoteca: pasos legales y opciones
Firmar como avalista en un préstamo o hipoteca es un compromiso serio que puede extenderse durante muchos años. Sin embargo, lo que muchas personas no saben es que sí existen formas legales para dejar de ser avalista, aunque no siempre sean automáticas o sencillas. Lo fundamental es conocer tus derechos y las condiciones del contrato que firmaste.
El primer paso es analizar el tipo de aval firmado: si es solidario (el más habitual), responderás por la totalidad de la deuda en caso de impago, al mismo nivel que el titular. Esto implica que, para dejar de ser avalista, necesitarás la aprobación de la entidad financiera y, en la mayoría de los casos, también del titular del préstamo.
Entre las principales opciones disponibles se encuentran:
- La negociación directa con el banco ya sea para proponer un sustituto, demostrar que el aval ya no es necesario o refinanciar el préstamo sin garantía adicional.
- La extinción del aval por pago total o amortización anticipada.
- En casos donde no hay acuerdo, la vía judicial, a través de una demanda de nulidad del aval por falta de transparencia, coacción o abuso de derecho.
En las siguientes secciones, exploramos en detalle cada una de estas alternativas, incluyendo situaciones específicas como cómo dejar de ser avalista en una hipoteca, en contratos de alquiler o en la compra de un coche.
Opción 1: El acuerdo de las partes y la extinción de la deuda
La forma más directa, sencilla y eficaz de dejar de ser avalista es mediante un acuerdo voluntario entre todas las partes implicadas: el titular de la deuda, la entidad financiera (o arrendador, si se trata de un alquiler) y tú como avalista. En términos legales, esto se denomina liberación del aval por acuerdo de voluntades, y puede tener lugar siempre que las condiciones del contrato lo permitan y las partes estén de acuerdo.
Ahora bien, no basta con que tú quieras salir del aval: la clave está en que el banco o la entidad acreedora lo acepte, ya que, al firmar el aval, tú garantizas el pago de la deuda en caso de incumplimiento. Por eso, es imprescindible demostrar que existen garantías alternativas para que la entidad no pierda esa seguridad financiera. A continuación, explicamos las tres vías más comunes dentro de esta opción.
Sustitución del avalista: La negociación con el banco
Una alternativa viable es proponer a otra persona que te sustituya como avalista. Este perfil debe contar con una situación económica sólida, ingresos estables y, preferiblemente, un buen historial crediticio. El banco realizará una evaluación completa del nuevo avalista, similar a la que hizo contigo en su momento.
Este procedimiento implica lo siguiente:
- El titular del préstamo debe solicitar la sustitución formalmente.
- El nuevo avalista debe presentar documentación económica (nómina, declaración de la renta, etc.).
- La entidad financiera debe aprobar el cambio.
Aunque parece sencillo, no siempre es posible. El banco puede negarse si considera que el nuevo avalista no tiene suficiente solvencia, si hay incidencias en el pago del préstamo o si el riesgo para la entidad aumenta con el cambio.
Importante: este cambio debe quedar documentado en una novación del contrato de préstamo o hipoteca, firmada ante notario, lo que puede implicar gastos notariales y de gestión. En el caso de una hipoteca, es fundamental tener en cuenta los gastos por quitar un aval en hipoteca, que pueden variar según la entidad
Consulta nuestro artículo sobre qué es el historial crediticio para conocer cómo influye este factor en este proceso.
Pago total de la deuda
Esta es la forma más definitiva de extinguir la responsabilidad del avalista: cuando la deuda queda totalmente saldada, el aval desaparece automáticamente, ya que deja de haber una obligación pendiente que garantizar.
Aunque esta opción depende enteramente del titular del préstamo, puede ser interesante en casos donde:
- El préstamo se encuentra en sus últimos plazos y la deuda restante es baja.
- Existe la posibilidad de cancelar la deuda mediante ahorro, venta de un bien o un préstamo alternativo sin aval.
Una vez pagada la deuda, es recomendable solicitar un documento formal a la entidad financiera que confirme la extinción del aval. En algunos casos, incluso puede interesar notificarlo al registro de la propiedad (si se trata de una hipoteca) o pedir un certificado de cancelación.
Refinanciar sin aval
Si la situación económica del titular del préstamo ha mejorado con el tiempo, una solución es renegociar el contrato con la entidad y solicitar una refinanciación o novación del préstamo sin necesidad de avalista.
Este proceso puede implicar:
- Cambios en las condiciones del préstamo (plazo, tipo de interés, importe).
- La eliminación de la cláusula de aval.
- Nueva documentación económica por parte del titular.
Refinanciar sin aval es una alternativa interesante cuando el banco considera que el titular ya tiene capacidad para asumir el préstamo por sí solo. Esta solución, además de liberarte como avalista, puede mejorar las condiciones del préstamo para el titular.
Si estás buscando opciones que no requieran involucrar a un avalista, te recomendamos revisar nuestros préstamos sin aval, ideales para evitar riesgos y trámites complicados.
Opción 2: Opciones para avales específicos (hipoteca, alquiler, coche)
No todos los avales son iguales. Las condiciones para salir como avalista dependen en gran medida del tipo de contrato en el que te encuentres implicado, así como del objeto de la operación financiera: una vivienda, un alquiler o un vehículo. Por eso, es clave entender cómo actuar en cada caso y qué particularidades existen.
A continuación, te explicamos con detalle cómo dejar de ser avalista en una hipoteca, de un alquiler o de un coche, destacando las condiciones, dificultades y alternativas para cada tipo de aval.
Cómo dejar de ser avalista en una hipoteca
Los avales hipotecarios son, probablemente, los más comprometidos y difíciles de revocar, ya que el importe de la deuda suele ser elevado y el plazo de amortización muy largo. En muchos casos, el banco exige un avalista cuando considera que los ingresos del titular no son suficientes para cubrir la cuota mensual con seguridad. Entonces, ¿cómo dejar de ser avalista en una hipoteca?
Las principales opciones son:
- Novación del préstamo hipotecario: se renegocian las condiciones con el banco para eliminar la figura del avalista. Es la vía más formal y debe quedar recogida en escritura pública ante notario.
- Sustitución del avalista: similar a la opción anterior, pero incluyendo una nueva persona con solvencia suficiente que te sustituya.
- Amortización anticipada: si el titular puede pagar una parte significativa de la hipoteca, la entidad puede considerar que ya no necesita un avalista.
- Refinanciación del préstamo sin aval: el titular solicita un nuevo préstamo hipotecario que cancele el anterior, pero esta vez sin necesidad de avalistas.
Eliminar un aval de una hipoteca implica ciertos gastos notariales, posibles comisiones por modificación del contrato (novación) y también, en ocasiones, costes de gestión bancaria. Es importante solicitar a la entidad un desglose claro antes de proceder.
Consejo: Siempre que se produzca un cambio en el contrato hipotecario, asegúrate de quedar formalmente excluido como avalista mediante documento legal, no basta con un acuerdo verbal.
Cómo dejar de ser avalista de un alquiler
En los contratos de arrendamiento, la figura del avalista es común cuando el inquilino no tiene ingresos demostrables o un contrato laboral estable. Aunque la cuantía de la deuda no suele ser tan alta como en una hipoteca, el aval implica la obligación solidaria de asumir el pago en caso de impago del arrendatario.
¿Cómo dejar de ser avalista de un alquiler? Aquí tienes las principales alternativas:
- Renegociación con el propietario: si el inquilino ha demostrado solvencia o ha mejorado su situación laboral, puedes solicitar que se prescinda del avalista en una prórroga del contrato o renovación.
- Sustitución del avalista: al igual que en otros contratos, se puede proponer a otra persona que asuma tu rol.
- Extinción del contrato de alquiler: si el contrato está próximo a finalizar, puedes acordar no renovar tu compromiso como avalista.
- Aval bancario sustituible: algunos propietarios aceptan sustituir el aval personal por un aval bancario limitado, que se puede cancelar fácilmente con el tiempo o al final del contrato.
Recuerda que como dejar de ser avalista de un alquiler depende principalmente de la voluntad del arrendador. Si el contrato original no establece una duración concreta para el aval, puedes argumentar legalmente que este no es indefinido y solicitar tu exclusión al vencimiento del contrato inicial.
Cómo dejar de ser avalista de un coche
Avalar la financiación de un coche puede parecer menos arriesgado que una hipoteca, pero sigue teniendo implicaciones legales importantes. La mayoría de las entidades financieras incluyen al avalista en el contrato cuando el comprador no cumple ciertos requisitos de solvencia.
¿Qué opciones existen para dejar de ser avalista de un coche?
- Cancelar anticipadamente el préstamo del coche: si el titular tiene la capacidad económica para amortizar la deuda, desaparece automáticamente la figura del avalista.
- Solicitar una novación del contrato de financiación: se renegocian las condiciones con la entidad para dejar fuera al avalista.
- Cambio de titularidad y nuevo préstamo: el titular puede vender el coche, cancelar el préstamo actual y solicitar uno nuevo sin aval.
- Sustitución del avalista: como en los casos anteriores, también es posible que otra persona asuma ese rol, previa aprobación de la entidad.
También es frecuente que se plantee la duda: ¿se puede quitar un aval de un coche? La respuesta es sí, pero siempre con la aprobación expresa de la financiera, quien revisará nuevamente el riesgo de la operación.
Opción 3: La nulidad del aval por vía legal
Cuando no es posible llegar a un acuerdo con el titular del préstamo ni con la entidad financiera, existe una tercera vía más compleja pero igualmente válida: la nulidad del aval por vía judicial. Esta opción está pensada para casos excepcionales, en los que se hayan vulnerado los derechos del avalista o existan defectos graves en la contratación.
Aunque esta vía suele ser más lenta, costosa y requiere la intervención de abogados y tribunales, puede convertirse en la única salida para quienes firmaron como avalistas bajo circunstancias injustas, poco transparentes o sin plena conciencia de las consecuencias legales.
¿Cuándo puedo pedir la nulidad judicial del aval?
Existen algunos supuestos legales en los que un juez puede declarar nulo un aval:
- Vicios en el consentimiento: por ejemplo, si firmaste sin comprender completamente el compromiso.
- Falta de información por parte del banco.
- Aval firmado bajo coacción o presión indebida.
- Incumplimiento de la Ley de Contratos de Crédito.
Este proceso requiere pruebas y asesoramiento legal. Es más complejo, pero puede ser la única vía en casos injustos o abusivos.
Evita la carga del aval: préstamos rápidos sin riesgo para terceros
Muchas veces, la figura del avalista se utiliza como una especie de salvavidas financiero. Ya sea un padre que respalda a su hijo en la compra de una vivienda, un amigo que garantiza un préstamo personal, o incluso una pareja que avala una financiación conjunta. Sin embargo, esta práctica, aunque común, implica un enorme riesgo para el avalista, quien puede acabar arrastrando una deuda ajena si algo falla.
Por eso, si estás pensando en pedir un préstamo, ya sea para un imprevisto, una compra importante o una consolidación de deudas, es natural que te plantees lo siguiente:
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También puedes consultar la diferencia entre pignorar y avalar para entender otras formas de respaldo financiero más seguras.
Aspectos legales relevantes: Edad, requisitos y costes
Antes de tomar la decisión de firmar como avalista —o de buscar cómo salir de esa responsabilidad— es importante conocer algunos aspectos legales clave que pueden influir tanto en la validez del aval como en las posibilidades de cancelarlo. Aunque muchas personas aceptan ser avalistas por confianza o compromiso emocional, existen límites legales y condiciones específicas que conviene tener en cuenta para evitar problemas futuros.
A continuación, repasamos los principales factores que afectan al aval desde el punto de vista legal: edad, situación económica, restricciones normativas y costes asociados a la cancelación o modificación del contrato.
- Edad máxima para ser avalista: no hay un límite legal específico, pero las entidades suelen fijarlo en torno a los 75 años.
- Cuando no puedes ser avalista: si estás en un fichero de morosos, tienes deudas impagadas o careces de ingresos regulares.
- Gastos para quitar aval de hipoteca: pueden incluir tasas notariales, comisiones de modificación o costes legales si hay vía judicial.
Preguntas Frecuentes sobre la Liberación del Aval
Puedes hacerlo mediante acuerdo con el banco, sustitución por otro avalista, refinanciación o, en casos extremos, vía judicial. No puedes hacerlo de forma unilateral.
Debes hablar con el titular del préstamo y la entidad financiera. Si no hay acuerdo, evalúa si hay argumentos legales para solicitar la nulidad del aval.
La renuncia solo es posible antes de la firma del contrato. Una vez firmado, no se puede renunciar sin el consentimiento de todas las partes implicadas.
Sí, pero requiere la aprobación de la entidad financiera. La mejor forma es renegociar el préstamo o sustituir al avalista.
Como has visto a lo largo de esta guía, dejar de ser avalista no solo es posible, sino que existen varias vías legales y prácticas para lograrlo. Ya sea a través de acuerdos con la entidad financiera, sustitución por otra persona, cancelación de la deuda o incluso mediante la vía judicial en casos extremos, lo importante es actuar con conocimiento, anticipación y asesoramiento adecuado.
Ser avalista implica una gran carga económica y emocional, especialmente cuando no se ha valorado correctamente el riesgo. Por eso, si estás en esta situación, el mejor momento para empezar a buscar una salida es ahora.
Y si estás considerando solicitar financiación, recuerda que existen alternativas más seguras como los préstamos sin aval, que te permiten mantener tu independencia financiera sin comprometer a otras personas.
Protégete, infórmate y toma decisiones responsables. Tu tranquilidad financiera lo agradecerá.
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